Hay ocasiones en las que nos planteamos deshacernos de determinados bienes. Algunos de esos bienes pueden ser inmuebles, locales o propiedades de todo tipo. Aunque realizar este tipo de transacciones puede llegar a ser bastante complicado, lo cierto es que hay quienes lo consiguen sin necesidad de recurrir a ayuda profesional. Sin embargo, cuando hablamos de vender, por ejemplo, una empresa el escenario se agranda tanto que es difícil de gestionar sin incurrir en errores.

¿Cómo hay que prepararse para la venta de una empresa? ¿Qué documentación se necesita, qué hay que analizar, etc?

  • En primer lugar es muy importante establecer junto con los dueños de la empresa que tipo de operación/transacción u oferta están dispuestos a valorar (venta parcial o total; buscan un comprador nacional o internacional, etc..) ya que el potencial comprador puede ofrecer alternativas diferentes y es mejor ir directo al comprador que encaja con nuestra estrategia.

  • En ocasiones nos encontramos que es conveniente antes de iniciar el proceso de venta, la ordenación o mejora de la compañía. A modo de ejemplo hay casos que se retrasa la venta de una compañía para organizarla societaria y fiscalmente haciéndola más eficiente para el que vende, el que compra o ambos.

  • Como ocurre con todos los proyectos, en el caso de venta de una compañía es necesario definir un calendario de trabajo desde el principio.

  • Elaborar un cuaderno de venta de la compañía que proporcione a los potenciales inversores toda la información (de forma profesional y transparente) necesaria para poder valorar la operación y les permita decidir si quieren seguir participando en el proceso de venta. Este documento es fundamental para generar interés en la venta de una empresa.

  • La valoración de la compañía. Encontrando un equilibrio entre el precio esperado por los accionistas y lo dispuesto a pagar por los inversores. Para ello existen diferentes métodos de valoración como por ejemplo el descuento de flujos de caja o el método de las compañías comparables.

  • La identificación de los posibles compradores/inversores y puesta en contacto.

  • La negociación, la Due Diligence y cierre de la operación

    Una vez se empiezan a realizar los primeros contactos directos entre las partes se inicia la fase de negociación. Y una vez que se obtienen ofertas indicativas por los candidatos, se firma el acuerdo de intenciones con el comprador con el que hubiera un mayor encaje.

    Después del acuerdo de intenciones viene la Due Diligence, en la cual el comprador quiere comprobar que toda la documentación que se le ha entregado es veraz. Para ello se suele hacer un auditoria general que además incluya análisis de riesgos fiscales, laborales y legales.

  • Y por último se elabora el contrato de compraventa.

Si nos planteamos vender nuestra empresa, ¿cómo nos puede ayudar un asesor financiero? ¿Necesitamos recurrir, además, a asesores fiscales u otro tipo de profesionales que nos guíen durante la operación?

La venta de una empresa probablemente sea de los eventos más importantes de sus accionistas ya que supone la materialización económica de su tiempo (su trabajo y esfuerzo) y su capital invertido.  Tanto si aparece un comprador espontaneo de su empresa, como si desea buscar un comprador para la misma es necesario no solo contar con ayuda de un asesoramiento financiero (que le permita valorar correctamente su empresa, les busque otros candidatos, etc y le ayude en todo el proceso de negociación y cierre) sino además contar con asesoramiento fiscal y legal que le garantice que tiene bien cerrado todas las patas de la operación. Normalmente el inversor o comprador contará con ayuda profesional financiera, legal y fiscal por lo que usted en caso de no buscar ayuda estará en peor posición para proteger sus intereses.

¿Cuáles son los errores más comunes en los que suele incurrir la gente al vender una empresa si no cuentan con un profesional que les ayude? (si no se anticipan las implicaciones fiscales, si no se preparan adecuadamente los estados financieros de la compañía, etc).

Si el vendedor no cuenta con asesoramiento profesional puede verse inmerso en varias trampas a lo largo del proceso de venta de una empresa. De hecho el comprador siempre va a preferir que no cuente con asesoramiento externo.

Los asesores profesionales del vendedor pondrán dificultades a una mala operación y ayudarán a que el acuerdo que se firme proteja los intereses del vendedor no solo en términos económicos sino también fiscales o legales.

Es importante por tanto que el vendedor se ponga en manos de asesores profesionales (NO intermediarios) especializados y que no tengan conflictos de interés. Es común en este tipo de operaciones la firma de una comisión de éxito exclusivamente pero esto podría ser un error ya que a veces la mejor decisión es no mal vender y su asesor debería poder recomendarle esta opción (mantener) sin verse obligado a renunciar de cualquier remuneración.

Otro riesgo es que pierda la oportunidad de poder vender su compañía a su potencial inversor ideal porque no tuviera bien preparada su presentación, su valoración o generara desconfianza por algún error de principiante. Esto es  como una entrevista de trabajo cuando mejor preparado vayamos más opciones de salir elegidos y a lo mejor la entrevista no se vuelve a repetir.

Por lo general, cuando vendemos una empresa ya tenemos cierta edad y estamos pensando, por ejemplo, en la jubilación. ¿Qué recomiendan hacer con el dinero en este punto? ¿En qué productos recomendarían invertir?

Es importante durante el proceso de venta y después, contar un plan financiero fiscal. En ocasiones tras la venta, se exige poner garantías al vendedor, por lo que se debe seleccionar inversiones pignorables y conservadoras hasta que se queden liberadas. Otras veces se aprovecha para realizar donaciones a la familia o se utiliza parte de la liquidez en un tipo de inversiones con bonificaciones fiscales por reinversión, etc..

Por ello es importante antes de empezar a recomendar cualquier inversión el conocer su plan financiero-fiscal, al cual yo añadiría su perfil de riesgo, sus objetivos de inversión, las necesidades de liquidez futuras, etc.. Todo ello nos ayudaría a definir una estrategia y acometer su implementación en inversiones.